viernes, 27 de abril de 2012

Todo es cuestión de... Perspectiva

El Hormiguero es un programa que tuvo sus inicios en la cadena Cuatro, pero luego siguió en Antena 3, donde está actualmente.

Como todo programa ameno que se precie, empezó siendo muy bueno. Pero fue degradándose y volviéndose verde. Ahora es difícil ver un programa en el que no haya un comentario subido de tono o algo salido. 

Yo me remonto a sus inicios, cuando se proyectaba los domingos después de comer. Esos sí que eran buenos tiempos para ese programa...

Bueno, que me enrollo. Yo quería hablar de un vídeo del programa, que vi ayer:



Como podéis ver, se titula "Cuestión de perspectiva". Este es el tema que quería comentar:

A veces nos quejamos de algo o pensamos mal de algo o alguien, dando por hecho que tenemos razón. Esto no es así, pero es difícil darse cuenta de esa falta de perspectiva que tenemos hacia ese algo o alguien. Puede ser que los equivocados seamos nosotros.

La única analogía que se me ocurre en este momento es un caso del colegio (algunos me llamaréis pelota y sólo unos pocos me daréis la razón, espero...): 

Este año, en el colegio han introducido un nuevo tipo de exámenes, muy criticados, los "Exámenes Acumulativos" (ese es su nombre oficial, también hay gente que los llama "de nivel", "de informe", "cuasi-finales" y hasta se les llama "Una Putada" con perdón).

La mayoría de los alumnos piensan que los profesores tienen una conspiración contra ellos, que es injusto, que bajan las medias, que hacen que sus padres se enfaden con ellos...y tantos y tantos argumentos en contra de estos exámenes.

Estos exámenes nos han dicho que se han puesto con el objetivo de preparar a los alumnos para el duro curso de segundo de Bachillerato, con sus temidos simulacros. No digo que todos los argumentos anteriores no se cumplan, porque es verdad que casi todos los alumnos se ven afectados por uno u otro argumento, a no ser que seas el alumno perfecto con un expediente de 10, pero creo que de esos casos no hay muchos.

Por lo tanto, aunque yo mismo pienso que son un calvario y que bajan las medias, lo que nos falta es cambiar un poco de perspectiva: están puestos por nuestro bien, no para fastidiarnos. Además, el bachillerato es una escolarización voluntaria, cuando elegimos hacer el bachillerato en Retamar, lo elegimos para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad. Quien no le guste, se puede ir cuando quiera.

Yo me he dado cuenta de esta falta de perspectiva al ver este simpático vídeo, aunque he de confesar que me siguen quemando los exámenes acumulativos.

"La madurez consiste en no culpar a nadie de tus propias decisiones" Anónimo.

Ahí queda eso.

José DBU

lunes, 23 de abril de 2012

Indeciso...


Navego sobre una incertidumbre. Soy un marinero errante.

No resuelvo sobre qué escribir. Cada vez es más difícil. Los temas se esconden más. El nivel está muy alto. El tiempo apremia. Parece que estoy decidido a no decidirme. Mi propia cabeza se vuelve en mi contra.

Tengo que hacer entradas cortas, con frases cortas, cada vez más cortas....¡Qué dilema!

 La indecisión es la más grande ladrona de oportunidades.

José DBU, "El Cabrero Indeciso".

domingo, 22 de abril de 2012

¡ABDUCIDOS!

Politicos

Esta graciosa foto refleja, de forma rápida y precisa, el problema al que estamos expuestos todos los días.

Los medios de comunicación, los políticos y demás personas y organizaciones nos fríen el cerebro. Vacían nuestra cabeza y la llenan de falsas ideas: consumismo, culto al cuerpo, etc. Nos abducen.

Los políticos, mediante promesas y promesas (que luego no cumplirán, por supuesto) y labia, nos convencen a base de repetir y usar la retórica de que ellos son la salvación de este país y que los del partido contrario son los que nos han metido en esta crisis. No quieren que la gente piense.

Los medios de comunicación están interesados en que dejemos de pensar, en que hagamos lo que ellos quieren que hagamos. Para conseguirlo nos ponen a una mujer guapa (cada vez con menos ropa), o a un deportista de élite que hacen dietas o se ponen cremas o se compran cualquier cosa, y nosotros pensamos que no podemos vivir sin comprar esa cosa que tienen esas personas de los anuncios.

Como decía el famoso Descartes: "Pienso, luego existo". Si dejásemos de pensar, dejaríamos de existir, seríamos como robots u objetos inertes que harían todo lo que los medios de comunicación y los políticos quisieran.

Hay que evitar que eso ocurra.

José DBU

LA POSICIÓN NO IMPORTA

Según estudios recientes, hacerlo de pie fortalece la columna;
boca abajo estimula la circulación de la sangre;
boca arriba es más placentero;
hacerlo solo es rico, pero egoísta;
en grupo puede ser divertido;
en el baño es muy digestivo;
en el coche puede ser peligroso…
Hacerlo con frecuencia
desarrolla la imaginación;
entre dos, enriquece el conocimiento;
de rodillas, resulta doloroso…
En fin, sobre la mesa o sobre el escritorio,
antes de comer o de sobremesa,
sobre la cama o en la hamaca,
sobre el césped o en la alfombra,
con música o en silencio,
entre sábanas o en el baño.
Hacerlo es un acto de amor y de enriquecimiento.
No importa la edad, ni la raza, ni el credo, ni el sexo, ni la posición económica…
¡LEER ES UN PLACER!

He de confesar que cuando leí esto, antes de llegar a la última frase, pensaba que era otra cosa, no sé si vosotros habréis pensado lo mismo al leerlo, pero a mi me pasó. Antes de leer la última frase pensaba que el que me lo había mandado era un pervertido, pero entonces leí la última frase.
Me sentí fatal por haber juzgado sin saber a estas líneas y a mi amigo. Sonaban muy mal, pero no tenían nada de malo.

La conclusión a la que llego es que no hay que tener prejuicios, hay que confiar en los demás. La verdad es que todavía no ha echado raíces en mí la exposición de Juan G sobre los prejuicios que tenemos sobre los artistas del Heavy Metal.

PD: he publicado esto con el miedo de que dejéis de leer la entrada, pensando que es lo que no es, al igual que me pasó a mi cuando lo leí.

José DBU

¡La peluquería, esa gran desconocida!

Ese extraño lugar lleno de armas blancas (tijeras o cuchillas) que es ignorado por muchos y alabado por otros tantos. Personalmente intento no frecuentarla.

A veces es irremediable, llega un profesor y me dice: "tienes que pasar por la peluquería este fin de semana", entonces es cuando suelto un taco (que no pongo porque no tiene relevancia en la historia) y digo: "de esta no te libras macho, ya no puedes esperar más. O te lo cortas o te mandan a casa hasta que te lo hayas cortado".

Llega el sábado por la mañana, tengo que ir a ese sitio que aborrezco. llamo para pedir hora y me dicen que lo tienen todo completo, pero que van a hacer un esfuerzo y cortármelo fuera de hora. Hasta la peluquería me da facilidades para cortarme el pelo, ¡es imposible escapar!


Y aquí estoy, en la peluquería, en la casa del enemigo, sentado, esperando a que me digan que me suba al potro de tortura para esquilarme cual oveja. Esto refuerza mi amor por las cabras, a las que no se suele esquilar...

Pensaréis que lo exagero mucho, todo tiene su razón: cuando era pequeño mi padre empuñaba la maquinilla de cortar el pelo, me sentaba y me lo intentaba cortar. Digo intentaba porque a menudo la maquinilla se atascaba ante la abundancia de pelo y se quemaba. Además en una peluquería de pueblo a la que fui (se había roto la maquinilla de mi padre) me metieron un miedo descomunal, porque cada vez que se acercaba la maquinilla a mi oreja me enseñaba el peluquero una oreja de goma que parecía una oreja real. Decía que se la había cortado a un cliente porque no podía pagar. Era un señor muy simpático...

Mi reflexión está en pensar si todos los traumas que se tienen de la infancia están originados en base a una no muy mala experiencia y una fuerte carga mental, o están basados completamente en una mala experiencia personal, sin que influya la mente.

Lo único bueno de esta horrible experiencia, al margen del caramelo que me dan tras la catástrofe, es que me vale para hacer una simpática entrada del blog.

José DBU

domingo, 15 de abril de 2012

¿Qué pasaría si Pinocho dijera: "Me va a crecer la nariz"?


Si este chico de madera (deseoso de ser un chico de verdad, de carne y hueso) dijera eso, probablemente el mundo se vendría abajo, habría una auténtica catástrofe, la hecatombe de las hecatombes, la desgracia por excelencia. Quizá haya exagerado un poco, pero bueno...

Esta frase me la dijo un amigo hace no mucho tiempo. Cuando me la dijo, puse una sonrisa de oreja a oreja y me empecé a reír a carcajada limpia. Le dije: "¡estás como una cabra!, es obvio que le crecerá la nariz a Pinocho, jajaja ¡vaya estupidez!". Me dijo: "espera un poco, piénsatelo más despacio". Yo ni siquiera me había preocupado en escuchar toda la frase, fue escuchar las palabras "Pinocho", "crecer" y "nariz", y me eché a reír. Me volvió a decir la frase y empecé a pensar...

Si Pinocho dice: "Me va a crecer la nariz" y no le crece, es una mentira, pero si miente, debería crecerle la nariz. Sin embargo, si le crece la nariz habría dicho la verdad, por lo que no debería crecerle.

Tras haber meditado la frase, se me quedó una cara memorable, era un poema. Pensé: "¡Vaya, pues ahora no es tan evidente!" No es que no fuera tan evidente, sino que no lo tenía claro en absoluto. Empecé a darle vueltas y vueltas y más vueltas, no encontraba la solución. Me planteé una analogía, conocida universalmente.

 ¿Qué fue primero, un huevo o una gallina? Si hubiera sido una gallina, esa gallina tendría que haber venido de un huevo, ya que no puede aparecer de repente. Sin embargo, si hubiera sido un huevo primero, dicho huevo tendría que haber venido de una gallina, no aparece un huevo de repente.

Finalmente concluí que estas paradojas gozan de ese apodo por algo. Una vez leído esto, pensaréis que soy un necio, mas se toma por necios a aquellos que dicen lo que todos pesamos... todo queda dicho.

José DBU

Carta al redactor


Estimado señor lector,

Se dirá usted: “¡Qué curioso que se dirija a mi como estimado, pues no me conoce!” El motivo del empleo de esta forma de elocución no reside en su persona, pues no le puedo estimar al no saber quién es, y tampoco puedo estimarte por lo que pueda llegar a ser, porque no me importa. La utilizo por una razón que se está extinguiendo, una razón en peligro de muerte, una razón condenada: la corrección.

La corrección es una cosa que en mejores y más prósperos tiempos tenía el reconocimiento de la sociedad. Ahora el correcto es un aburrido, un pasado de moda, un fósil. La corrección se muestra en muchos momentos: al andar, al hablar, al comer, al jugar, en fin, al actuar. Como no tengo tiempo ni espacio para hablar de todos, voy a hablar de la corrección en un caso muy especial: al escribir una carta.

A la hora de redactar una misiva, es importante seguir algunas leyes no escritas, consejos, directrices o como lo queráis llamar. Lo primero de todo, dirigirse al receptor. Nadie se va a morir por escribir “estimado”, “querido” o incluso “respetado”, y a nadie le molesta que le traten de señor. Una vez logrado este punto, es preciso señalar que no es un malgasto de papel dejar una gran sangría al principio de cada párrafo, sino que es una cuestión de elegancia y orden visual de las ideas.

Después de estos requisitos formales me veo en la inalienable obligación de expresar la incontingencia de la adecuación textual. No debemos escribir igual una carta a una persona de confianza con la que tratamos de forma familiar que a otra a la que hay que profesar el debido respeto. De este modo, no es correcto escribir: “Manolo, tengo muchas ganas de verte tocar el órgano en la iglesia” cuando lo adecuado sería: “Maese Pérez, mi corazón está inquieto de puro ansia por veros arrancar bellas y armoniosas notas del órgano de la solemne catedral”.

También cabe señalar que para escribir una carta ofensiva, mejor es no hacerlo, pues el fruto de horas del trabajo que te lleve hacerlo solo puede tener un fin, y éste es el de ser criticado.

Es fundamental a la hora de redactar información que las ideas sigan un cierto orden y respeten la coherencia y la cohesión necesarias.

Por último, quería pediros un favor: después del arduo y costoso esfuerzo que ha llevado el dar a luz tan magnánimo documento, finalizadlo bien, con cortesía, que no siempre es sinceridad

Sinceramente suyo, un amante de las cabras.

José DBU

jueves, 12 de abril de 2012

Cambio Climático


Se fue el verano, y llegó el otoño con traje de primavera.
El invierno, ¿de qué se vestirá?

Estas dos líneas no dicen nada y a la vez dicen todo.

Es trágico... cuando suceda ¿qué será de aquellos que vivan en la Tierra? ¡a lo mejor nos toca a nosotros!

Tiempo al tiempo, ya ocurrirá...que sea lo que Dios quiera.

José DBU

miércoles, 11 de abril de 2012

¡Ay los trabajos!

Trabajos, trabajos y más trabajos. ¡A destajo!

Me pasa a menudo, y es una cosa que me corrompe por dentro, me quita el sueño y no me deja dormir. Me pongo a hacer un trabajo por la tarde en mi casa, luce el sol y tengo mucho tiempo. Todo es perfecto.

Sin embargo, según van avanzando las horas y me voy dando cuenta de que el trabajo no ha avanzado mucho, te empiezas a agobiar pensando: "debería estar acabado para mañana" o "como no lo tenga para mañana me crujen literalmente...". Pienso que el trabajo es "normalillo", que no va a ser muy bueno.

De repente, mi lugar perfecto de trabajo se convierte en un infierno. Peleo cada minuto como si fuera el último que tengo para hacer ese trabajo y escribo con rapidez, lanzando los dedos al teclado. A veces cometo faltas de ortografía, es normal si escribes rápido, pero es una cosa que no me perdono porque tengo que borrar y parar el ritmo. Significa que he perdido al menos unos segundos de tiempo para hacer mi perfecto trabajo.

Sigue avanzando el tiempo y mis hermanos se empiezan a ir a la cama. Entonces es cuando se entra en una crisis mucho peor que la anterior: la pereza me abruma, quiero irme a dormir pero no puedo. Al final la responsabilidad y prudencia ganan a la pereza, pero la batalla es dura y larga, o por lo menos a mí me lo parece.

Llegados a este punto, estoy muerto de sueño y mi trabajo "normalillo" se empieza a convertir en un buen trabajo....para convertirse finalmente en un magnífico trabajo digno de exponer en una galería. Me voy a dormir.

A la mañana siguiente se me ocurre echar un vistazo rápido al trabajo, tan sólo me leo un párrafo, como mucho dos. Se me cae el alma a los pies. Lo que parecía un trabajo de altura se ha convertido en un trabajo nefasto. Ni un niño pequeño haría un trabajo tan malo.

La conclusión a la que llego es que el sueño es la característica principal para determinar si algo es bueno o malo. Así que al dar mi clase de filosofía intentaré que todos mis compañeros de clase estén algo dormidos, ya que será mejor el efecto y parecerá una mejor clase.

José DBU