Si este chico de madera (deseoso de ser un chico de verdad,
de carne y hueso) dijera eso, probablemente el mundo se vendría abajo, habría
una auténtica catástrofe, la hecatombe de las hecatombes, la desgracia por
excelencia. Quizá haya exagerado un poco, pero bueno...
Esta frase me la dijo un amigo hace no mucho tiempo. Cuando
me la dijo, puse una sonrisa de oreja a oreja y me empecé a reír a carcajada
limpia. Le dije: "¡estás como una cabra!, es obvio que le crecerá la nariz
a Pinocho, jajaja ¡vaya estupidez!". Me dijo: "espera un poco,
piénsatelo más despacio". Yo ni siquiera me había preocupado en escuchar
toda la frase, fue escuchar las palabras "Pinocho",
"crecer" y "nariz", y me eché a reír. Me volvió a decir la
frase y empecé a pensar...
Si Pinocho dice: "Me va a crecer la nariz" y no le
crece, es una mentira, pero si miente, debería crecerle la nariz. Sin embargo,
si le crece la nariz habría dicho la verdad, por lo que no debería crecerle.
Tras haber meditado la frase, se me quedó una cara
memorable, era un poema. Pensé: "¡Vaya, pues ahora no es tan
evidente!" No es que no fuera tan evidente, sino que no lo tenía claro en
absoluto. Empecé a darle vueltas y vueltas y más vueltas, no encontraba la
solución. Me planteé una analogía, conocida universalmente.
¿Qué fue primero, un
huevo o una gallina? Si hubiera sido una gallina, esa gallina tendría que haber
venido de un huevo, ya que no puede aparecer de repente. Sin embargo, si
hubiera sido un huevo primero, dicho huevo tendría que haber venido de una gallina,
no aparece un huevo de repente.
Finalmente concluí que estas paradojas gozan de ese apodo
por algo. Una vez leído esto, pensaréis que soy un necio, mas se toma por necios
a aquellos que dicen lo que todos pesamos... todo queda dicho.
José DBU
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